La aburrida y acatarrada mañana.

Era una fria mañana de febrero. El chico tenía un resfriado de tres pares de cojones, había pasado media noche en vela por intentar no asfixiarse con sus propios mocos y la otra media, las dos gatas que tenía se habían ocupado de que no durmiesen ni él ni su novia...

Vamos, que básicamente estoy hecho una mierda, casi no he dormido y en el trabajo está todo demasiado tranquilo, o al menos lo suficiente para que me esté aburriendo. Así que he decidido dar vida a otro blog más (por si no hubiese pocos en la red).

Espero que os guste y amenice algunos momentos.